Hace unos días se conocían los datos del mercado laboral de noviembre, que reflejaban una bajada de 1.836 desempleados respecto al mes anterior, rompiendo la tendencia alcista de tres meses, y quedando en 3,25 millones la cifra de parados. Los datos del ministerio de Empleo y Seguridad Social arrojaban otros tantos números, entre los que sobresalía que la construcción fue uno de los grandes sectores que ganaron afiliados ese mes (8.364), y disminuyeron el número de parados en 155.
Buenas noticias para un sector que, desde 2015, trata de remontar su actividad constructora, la compraventa de viviendas y el empleo. Entre los años 2008 y 2013, la crisis en el sector se saldó con un millón y medio de empleos menos, hasta descender al apenas millón de trabajadores. Lejos quedaban los años del boom inmobiliario, cuando la construcción atraía a 2,6 millones de trabajadores para levantar 600.000 casas anuales.
El año pasado se iniciaron 80.000 casas, 520.000 menos que en aquellos años, respondiendo a una cifra marcada por la cordura que impera en el negocio promotor en la actualidad. Es decir, construir viviendas respondiendo a una demanda real. En cuanto a los empleos, el ejercicio se cerró con 1,1 millones de ocupados en la obra -el 6% de la ocupación total en España-, según datos del Observatorio anual que realiza la Fundación Laboral de la Construcción, donde recoge datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del Instituto Nacional de Estadística.
Este año, desde la asociación de promotores madrileños (Asprima) estiman que cerrará con una cifra de 100.000 viviendas nuevas, para las que se crearán 90.000 puestos de trabajo. La última EPA correspondiente al tercer trimestre del año apuntaba a que la construcción creo 85.600 ocupados más en el último año, siendo el segundo gran ámbito que mayor incremento se anotó, después de los servicios.
Y, ¿qué empleo se creará en los próximos ejercicios, en los que se prevén alcanzar entre 120.000 y 140.000 visados de obra nueva? «Calculamos que nacerán 100.000 puestos entre 2019 y 2020», asegura Daniel Cuervo, gerente de Asprima. Para cuantificar este número, la patronal ha realizado un cálculo con los datos de la EPA y la estimación que maneja para la construcción de cada vivienda: 2,4 puestos de trabajo. «En nuestro parecer, se trata de una cifra sensata de empleos para los siguientes dos años», subraya Cuervo.
Esta previsión fue corroborada esta semana por Juan Antonio Gómez-Pintado, presidente de Asprima y de la patronal nacional (APCE) durante unas jornadas en la Cámara de Comercio celebradas en Zaragoza. El directivo apuntó que «tener más grúas en la calle es sinónimo de actividad y de empleo».
Mayor cualificación
La obra no sólo crea trabajos, sino también capta mayor cualificación en los perfiles profesionales. Promotores, administraciones y asociaciones del sector trabajan, mano a mano, para alejar esa mala imagen que acarrea la construcción. No sólo por los excesos cometidos en el pasado, sino también por las duras condiciones del trabajo que implica la obra, tanto en invierno como en verano.
«La pérdida de empleos en la crisis conllevó perder mano de obra cualificada para determinados oficios muy específicos», señala Cuervo. Son los ferrallistas, encofradores, albañiles y especialistas en ladrillo vista, trabajos muy concretos que requieren años de experiencia. «Están muy demandados en estos momentos», recalca el gerente de Asprima, quien añade que «se trabajará por atraer empleos, tanto españoles y extranjeros, a la construcción». Cuervo recuerda también que se necesitan jefes de obra, que tienen a su cargo tres o cuatro personas.
Estas necesidades son transmitidas desde Asprima a las distintas administraciones autonómicas para que impulsen cursos de Formación Profesional (FP) a través de una de las organizaciones más comprometidas con el empleo y la formación en el sector desde hace 25 años: la Fundación Laboral de la Construcción.
Sus últimos datos, presentados en un informe esta semana, son alentadores: los trabajos en la construcción sin ninguna cualificación han bajado del 24% al 9,6% en diez años, lo que significa que estos empleos tienen cada vez un mayor nivel de estudios.
Crece, además, el interés por formarse para entrar en este sector, como se percibe en el aumento del 12% de alumnos que cursaron algún programa ofrecido por la Fundación en 2017, hasta alcanzar los 75.339.
Desde la Fundación apuntan a otra conclusión que da idea de que los trabajos en la edificación cuentan cada vez con más talento. Más del 74% de los estudiantes formados el año pasado lo hicieron con cursos privados -sin ninguna subvención de la Administración o la empresa-, «que tenían como objetivo mejorar su cualificación para adecuarse a la realidad actual del mercado laboral», subrayan.
Las actuales necesidades llevaron al 75,7% del alumnado a pedir formación relacionada con la prevención de riesgos laborales en oficios como la albañilería o en operaciones de aparatos elevadores. Esto muestra, subrayan desde la Fundación, que la seguridad y salud en la edificación de casas están cada vez más valoradas.
Industrialización
Ganar en seguridad y en calidad vendrá de la mano de una mayor industrialización. Es decir, de impulsar la producción de casas en fábricas, donde el trabajo está más controlado, es más cómodo y las personas no se exponen a las inclemencias del tiempo.
La generalidad del sector promotor tiene la voluntad de impulsar este modelo, si bien hay compañías que están más avanzadas en esta carrera, como Bauen, constructora que levanta casas en una planta de fabricación en Valdemoro (Madrid).
Aedas Homes, una de las principales promotoras del nuevo ciclo, también apuesta por esta forma de construir viviendas en varias fábricas. Según asegura Luis García Malo de Molina, director de Construcción de la compañía, «la compañía tiene un banco de suelo para 14.521 casas. Teniendo en cuenta que la edificación de cada vivienda supone 2,4 empleos directos en la construcción (según cálculos de la APCE), disponemos de materia prima para crear 35.000 puestos con una duración aproximada de dos años (tiempo medio de producción de una promoción), hasta 2023», explica.
La industrialización y la formación son, para García Malo de Molina, aspectos fundamentales para atraer trabajo a pie de obra. «La formación debe ser un aspecto capital para la generación de una mano de obra cualificada en la construcción. Los promotores, a través de diferentes asociaciones, debemos poner en marcha canales de formación para evitar que la escasez de mano de obra, tanto cualificada como no cualificada, continúe agravándose», resalta.
Sobre las oportunidades de la industrialización, el portavoz de la promotora lo tiene claro: «La industrialización de la promoción residencial a gran escala será fundamental en el actual sector de la construcción. Representa una mayor profesionalización de los procesos y los oficios en mejores condiciones de trabajo en un entorno seguro y permite la conciliación e incorporación de la mujer a un gremio históricamente copado por hombres». Así, recuerda, que sólo un 8,8% de los trabajadores en la construcción son mujeres, mientras que en la industria representan el 25,2%.
10.000 viviendas en cuatro años
Las previsiones de Neinor Homes, otra de las promotoras de nuevo cuño, pasan «por edificar y entregar alrededor de 10.000 viviendas en los próximos cuatro años, que supondrán la creación de unos 6.000 empleos directos en este periodo». Así lo asegura Borja García-Egotxeaga, director general de Operaciones de la compañía, quien vuelve a hacer una llamada a una mayor industrialización para generar empleos: «El modelo industrial que persigue la compañía engloba la sistematización de todas sus actividades y especialmente de los procesos productivos con el objetivo claro de alcanzar más eficiencia en las operaciones».
Para la compañía, la adaptación de sus profesionales a una de las pautas que marcan el sector en estos momentos, la digitalización, es esencial. «En este contexto y bajo el paraguas de la transformación digital que está llevando a cabo la compañía, se encuadran diferentes iniciativas, entre las que destacan la modelización de los proyectos y el liderazgo en el uso del BIM, el análisis continuo de los materiales y acabados demandados por nuestros clientes y los grupos internos de trabajo de industrialización enfocados a la búsqueda e incorporación de las mejores soluciones constructivas y de tecnologías que permitan mejorar los plazos, los costes y la calidad de nuestras premoniciones».
En Pryconsa visualizan los próximos dos ejercicios con un aumento de la construcción de casas y, por consiguiente, del empleo. «En 2018 la compañía tiene 2.177 viviendas en construcción que han generado unos 1.600 empleos directos y más de 3.000 indirectos. En 2019 y 2020 la producción subirá un 30%, y la creación de trabajo se comportará en iguales porcentajes», señalan desde la compañía madrileña, con más de medio siglo de vida.
Vía Célere también prevé dinamizar la construcción, creando nuevos empleos en los próximos años. La compañía se centrará en buscar arquitectos con experiencia que hayan pisado el terreno de obra y otros perfiles consolidados como encargados o gruistas.
Fuente: www.elmundo.es